Los intercambiadores aceite-agua son los más usuales en el mundo industrial, ya que el agua es el medio refrigerante más eficaz. Dicha agua, al estar más fría que el aceite, le quita calorías a éste a través de la pared del tubo, para ello tiene que ser lo más limpia, fresca y abundante posible, ya que de ello dependerá el buen funcionamiento del inter cambiador, para ello se suele obtener esa agua bien de la red, directamente, o de un circuito cerrado con un equipo de frío o una torre de refrigeración. Recomendamos siempre tener una línea individual de agua para cada intercambiador instalado, no hacerla pasar de unos a otros por la misma instalación, ya que el agua se iría calentando y cada vez disiparía menos calorías al aceite. En la capacidad de intercambio de los intercambiadores, como hemos visto, depende el agua, de ese modo los intercambiadores PILAN poseen tres circuitos de agua, con lo que generamos unas turbulencias dentro del intercambiador mejorando su rendimiento, ya que de ese modo eliminamos más calorías. Esto conlleva también un consiguiente ahorro de agua y que de esta forma siempre trabajen llenos de ésta
No obstante, tenemos que calcular que dicha agua varía en función de la climatología, siempre que la obtengamos de la red, oscilando entre 10° C y 25° C, de ahí que se calculen intercambiadores en las condiciones más adversas de ésta. También fabricamos para caudales grandes de agua, intercambiadores con un solo paso de agua, entrando por un lado y saliendo por el opuesto, y sujeción para manguera, racor o brida en los modelos grandes, de esta forma la desventaja de contar con un solo circuito de agua se suple con un elevado caudal de agua.
Se fabrican también tanto para agua dulce como para agua salada, indicándolo en cada caso para servir con el haz tubular en Cobre para la industria terrestre o Cupro-níquel para la aplicación marina.